Se conoce por acromático al anteojo refractor en el que, mediante el uso de lentes compuestas en el objetivo, se consigue eliminar el defecto óptico de la aberración cromática. Este tipo de anteojos fue patentado por el óptico inglés John Dollond en 1758, tras la demostración teórica de la posibilidad geométrica de fabricar objetivos acromáticos, publicada por Euler en 1747.
Este instrumento, llamado en algunos inventarios "ecuatorial de Canelas", está formado por un anteojo acromático montado sobre un soporte ecuatorial fijo en madera (llamado en su época máquina paraláctica), que permite al mencionado anteojo seguir a un astro en su movimiento diurno. Desde la elaboración del primer inventario general de los instrumentos en 1789, este anteojo ha permanecido siempre en el Observatorio.