El sextante es un instrumento de observación astronómica utilizado en navegación, que fue desarrollado en el siglo XVIII como evolución del octante y del quintante. Compuesto por un sector circular graduado de 60º, y provisto de un anteojo y dos espejos, que le permitían medir con facilidad la altura de los astros sobre el horizonte, el sextante no tardó en convertirse en el instrumento ideal para las observaciones necesarias en las nuevas técnicas de navegación astronómica, especialmente para las del método de las distancias lunares para la determinación de la longitud.
Este que se conserva en el Observatorio, de ocho pulgadas de radio, va montado sobre un pie metálico. Fue encargado para los trabajos del Atlas Americano (cartografía de las costas de América Septentrional). Estuvo a cargo de Joaquín Francisco Fidalgo (1792-1810) y Torcuato Piedrola (1810-1813). El horizonte artificial que le pertenecía fue entregado en 1802 a Ciriaco Ceballos.