Se conoce por acromático al anteojo refractor en el que, mediante el uso de lentes compuestas en el objetivo, se consigue eliminar el defecto óptico de la aberración cromática. Este tipo de anteojos fue patentado por el óptico inglés John Dollond en 1758, tras la demostración teórica de la posibilidad geométrica de fabricar objetivos acromáticos, publicada por Euler en 1747.
Este anteojo, que originalmente estaba dotado de un tubo con oculares terrestres y dos de oculares celestes, perteneció a la 2ª colección de instrumentos adquiridos en Londres por medio de José Jacinto Magallanes (Magellan). Entre septiembre de 1788 y junio de 1789 fue usado por Cosme de Churruca en los trabajos de reconocimiento del estrecho de Magallanes. Entre 1810 y 1812 estuvo a cargo de Juan Valero, jefe de las vigías de observación (Guerra de la Independencia). En 1873 fue usado por los insurrectos cantonales, que lo devolvieron averiado. En 1882 fue recompuesto usando piezas de otros anteojos acromáticos Dollond.