El nombramiento de Manuel Acosta como alcaide del Castillo de Guardias Marinas de Cádiz, en el que estaba instalado el Real Observatorio, y la proximidad de la partida de la expedición alrededor del mundo dirigida por Alejandro Malaspina, llevó a los responsables del observatorio gaditano a emprender un recuento general de los instrumentos pertenecientes al Observatorio. Como consecuencia de ello, en 1789 se elaboró este inventario, en el que debía hacerse constar el historial de cada uno de los instrumentos de la institución, en unos años en los que muchos de estos instrumentos salían de Cádiz prestados a diversas expediciones científicas e hidrográficas. El sistema empleado para anotar los instrumentos fue el siguiente: primero se inscribieron los instrumentos existentes en el Observatorio en aquella fecha, después se anotaron los aparatos prestados unos años antes a Bruno de Heceta para su expedición a California, los asignados a Cosme de Churruca para el reconocimiento del estrecho de Magallanes y, por último, los entregados a Alejandro Malaspina y José de Bustamante, comandantes de las corbetas Descubierta y Atrevida.